La Palabra para miércoles, 8 enero 2025

Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios.

Mateo 5,8

Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

1 Pedro 3,3-4